PRIMERA GENERACIÓN

La Escuela de Frankfurt se constituyó como un Centro de Investigación multidisciplinar cuyo centro de interés giró en torno a las dimensione políticas, sociológicas, económicas, culturales y filosóficas, de la sociedad vigente en aquel entonces.

El centro de investigación surgió por el interés de un grupo de intelectuales alemanes quienes decidieron crear un instituto independiente de investigación social orientado por la Teoría Marxista. Fue justo en el año de 1923 cuando el “Instituto de Investigación Social” se instaló en Alemania formalmente. Su primer director fue el Sociólogo Alemán Kurt Albert Gerlach quien murió en el mismo año, motivo por el cual el Economista Alemán Carl Grunberg  ejerció la tarea de director hasta el año de 1930.

Desde 1923 hasta 1930, el Instituto tuvo como fin la investigación social, constituyéndose como un proyecto sociológico en el que una gran parte de los trabajos de investigación se centraron en estudiar problemáticas de índole económica guiados por el modelo Marxista y un tanto más por la Sociología empírica.

TEORÍA CRÍTICA

A partir de 1930 el Filósofo y Sociólogo Alemán Max Horkheimer asumió la dirección del Instituto. A su llegada, generó una transformación decisiva para la escuela, la cual consistió en un cambio metodológico: fue el paso de un enfoque sociológico a una nueva metodología basada en la filosofía social.

La razón del cambio se debió a la postura de Horkheimer acerca de que la Sociología y la Filosofía se habían quedado cortas en su campo de teorización. Por el contrario, la Filosofía Social estaba constituida como una actividad científica multidisciplinar en la que confluían diversas ciencias sociales, tales como: la filosofía, la economía política, la ética, la cultura, entre otras; articulándose la investigación científica (basada en datos empíricos) y la reflexión filosófica.

El objetivo del nuevo Director fue construir una teoría crítica como método de análisis de la realidad. Ésta, se planteó como un “conjunto de proposiciones referentes a un determinado dominio del conocimiento y como el aspecto intelectual del  proceso histórico de emancipación”. Contraria a la teoría tradicional, la teoría crítica no se debía considerar como algo dado, tampoco como un dogma o doctrina, sino como una construcción histórica que da cuenta del análisis de una realidad dinámica y cambiante.

Como contraposición a la razón de la ciencia moderna y la tecnología (sobre las cuales se creyó serían las vías de la liberación) y basados en la postura de Nietzsche, quien señaló en su momento que el triunfo de la razón moderna excluiría el problema de conocer cuáles serían las funciones y los límites del hombre, los miembros de la Escuela de Frankfurt decidieron crear una Teoría crítica mediante la cual pudieran expresar lo que debía ser y lo que realmente era la realidad.

Ciertamente, el Holocausto Nazi y el Estalinismo fueron para los intelectuales críticos la muestra clara de la razón y la sinrazón de la modernidad, por lo cual, su gran preocupación fue responder a la paradoja que imponía la modernidad acerca de que “el mundo actual nos había orillado a una racionalidad irracional”, es decir que el camino de la razón moderna había conducido al hombre a la sinrazón porque “la humanidad en lugar de asumir una condición verdaderamente humana se rendía ante una suerte de barbarie” (Horkheimer y Adorno).

Su intención de comprender la crisis de la modernidad en todas sus dimensiones, llevó a  la Teoría Crítica a plantear tres grandes crisis, producto de la racionalidad moderna: la primera, una estética tecnologizada, promovida por la industria del entretenimiento; la segunda, el arte (que debía cumplir una función crítica) se había relegado a una afirmación de lo existente; y la tercera,  el estado de alienación en el que el hombre moderno estaba inmerso.
Los miembros de la Escuela de Frankfurt creyeron que los movimiento revolucionarios tercermundistas (el poder negro en E.U o los estudiantes pudieron convertirse en los nuevos sujetos revolucionarios que provocarían el cambio), sin embargo, no fue así.

Al subir Hitler al poder, Horkheimer, al igual que todos los miembros fundadores del Instituto, tuvieron que exiliarse en E.U. debido a su orientación Marxista y su origen judío, como consecuencia, los nazis cerraron el Instituto. Luego de finalizada la segunda Guerra Mundial, algunos de los intelectuales regresaron a Frankfurt en la década de1950.

Theodoro  Adorno, asumió la dirección del Instituto entre los años 1958 a 1969, y junto a Horkheimer terminó de cimentar la Teoría Crítica. Fue solo hasta este momento, en el que la expresión “Escuela de Frankfurt” comenzó a ser usada para designar al Instituto.
¿Por qué la humanidad en lugar de asumir una condición verdaderamente humana se hunde en una nueva serie de barbarie?, bajo ésta pregunta los posteriores miembros de la Escuela de Frankfurt basaron su quehacer teórico.


Para ellos, a barbarie obedecía a causas humanas, y a pesar de que la modernidad quisiera ocultarlas, los teóricos críticos centraron sus esfuerzos en poner al descubierto estas causas ocultas (de la barbarie humana), las cuales tenían un orden y un sentido. Para ello, la Teoría Critica como método de análisis de la Escuela tuvo como núcleo problémico entender el sentido que asumía la razón durante el siglo XX, comprender la sociedad de masas y discernir sobre la destrucción de la naturaleza.

2 comentarios:

  1. Muchas gracias por compartir la valiosa información Saludos!

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  2. Me podrian decir que autores pertenecían a la primera escuela y cuáles a la segunda
    Por favor

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